Bolsonaro: la derecha ya tiene candidato en Brasil
Apoyado en citas bíblicas, con promesas de lucha contra la corrupción y por el restablecimiento del orden y la seguridad, el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro -el candidato más temido de todos para las elecciones de octubre en Brasil – fue confirmado hoy como aspirante presidencial del pequeño Partido Social Liberal (PSL), en medio de un variado público que reunió a personas de clase media, terratenientes conservadores, evangélicos, militares, e incluso simpatizantes del presidente norteamericano, Donald Trump.
«Dios no escoge a los capacitados, capacita a los escogidos”, dijo el capitán retirado Bolsonaro, del Partido Social Liberal. Segundo en los sondeos, muy por detrás de Lula, defiende la liberación de la venta de armas.
Las elecciones del 7 de octubre, y eventualmente el ballottage del 28 de ese mismo mes, elegirán al presidente cuyo mandato se extenderá de 2019 a 2023, además de gobernadores, senadores y diputados.
Bolsonaro afirma que «no soy el salvador de la patria; quien va a salvar la patria somos todos nosotros. Necesitamos elegir a alguien honesto, que tenga a Dios en su corazón y que sea un patriota«,
Bolsonaro, de 63 años es un exparacaidista del ejército que aunque lleva 27 años en el Congreso se presenta como antiestablishment y propone reformar por completo la política de Brasil.
Hoy las encuestas de cara a los próximos comicios ubican a Bolsonaro en un primer puesto, con un 19% de las intenciones de voto en el escenario más probable de que al candidato favorito, el encarcelado expresidente Luiz Inacio Lula da Silva -con un 30% de las preferencias- no se le permita competir.
Detrás de él se colocan la ecologista Marina Silva, de la Red Solidaridad (Red), con 15% de respaldo; el exgobernador del estado de Ceará Ciro Gomes, del Partido Democrátido Laborista (PDT), con 10%; y el exgobernador del estado de San Pablo, Geraldo Alckmin, con 7%.
En los últimos años, con la crisis política y económica que sufrió el país, Bolsonaro se convirtió en un fenómeno en las redes sociales por sus fuertes declaraciones en contra de los políticos tradicionales, la mayoría de ellos acusados de ilícitos por la Operación Lava Jato. Él resalta siempre que no ha sido salpicado por denuncias de corrupción y que lo que Brasil necesita es un líder de mano dura como él, que defiende la última dictadura militar (1964-1985).
El candidato asegura que «no tengo ambición por el poder. Entiendo todo esto como una misión. Brasil no aguanta cuatro años más del PT o del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). ¡Vamos a rescatar juntos nuestro país!», Ha sido muchas veces comparado con Trump por sus posturas extravagantes y radicales. Ayer, varios de los presentes en el acto llevaban máscaras de Trump.
Si bien Bolsonaro no se ha visto involucrado en tramas de corrupción, sus desmesurados comentarios misóginos, homofóbicos y racistas sí le han traído problemas con la Justicia. Actualmente está procesado ante el Supremo Tribunal Federal por supuesto crimen de apología a la violación e injurias, luego de que en 2014 afirmó, en plena Cámara de Diputados, que una legisladora petista «no merecía» ni siquiera ser violada.
Para muchos políticos, a pesar de su popularidad, la candidatura de Bolsonaro es tóxica, y eso se refleja en su tasa de rechazo, del 32%, la más alta de todos los candidatos. Es por ello que le ha costado tanto encontrar un candidato a vice que lo acompañe en la fórmula.
Había apuntado al popular senador y pastor evangélico Magno Malta, del Partido de la República, y al exgeneral Augusto Heleno Ribeiro Pereira, del Partido Republicano Progresista, pero ambas opciones se cayeron por resistencias de sus respectivas agrupaciones.
Ahora, la elegida sería la excéntrica abogada Janaína Paschoal (una de las autoras del pedido de impeachment contra la destituida presidenta Dilma Rousseff ), quien lo podría acercar al electorado femenino. Sin embargo, en su participación en el acto de ayer, Paschoal aclaró que «aún está dialogando» con el candidato, y, su discurso de tono moderado no fue muy bien recibido por el auditorio de fanáticos «bolsonaristas».
La legislación electoral fija el 5 de agosto como fecha límite para la presentación de las fórmulas presidenciales, y hasta entonces posiblemente continuarán los cabildeos.
El aislamiento político que sufre cada vez más Bolsonaro generaría un gran obstáculo durante el período de propaganda gratuita en radio y televisión, en septiembre. Por la poca representatividad de su partido, el PSL, apenas contaría con ocho segundos de tiempo para explicar sus propuestas a los brasileños; necesita de forma urgente tejer alianzas estratégicas para amplificar su discurso.
Al lanzar su candidatura, ayer reiteró que en materia económica seguirá los postulados liberales (ya contrató como asesor al respetado economista Paulo Guedes) y que privatizará la mayoría de las empresas estatales.
Reafirmó que pretende nombrar a un general de cuatro estrellas como ministro de Defensa y que reforzará a militares y agentes de seguridad pública para combatir el crimen.
Asimismo, adelantó que -al igual que hizo Trump con Estados Unidos- retirará a Brasil del Acuerdo de París, por el cual la mayoría de los países se comprometieron a reducir las emisiones de gases que producen el efecto invernadero y han llevado al cambio climático.
En el caso del PT la postulación de Lula está fuera de discusión no así la de su compañero/a de fórmula. Hay por lo menos tres petistas en la terna de potenciales vices: el ex canciller Celso Amorim, el ex gobernador de Bahia Jaques Wagner y Fernando Haddad, que fue intendente de San Pablo. Lula contempla la posibilidad de sumar como vice a un político ajeno al PT. El nombre más citado es el de Manuela D´Avila, del Partido Comunista de Brasil aunque no se descarta a Ciro Gomes, del Partido Democrático Trabalhista.
Quien aparezca como vice posiblemente será quien acabe por ser candidato presidencial dado que el Tribunal Superior Electoral ha demostrado su disposición a vetar la candidatura de Lula. La mayoría de los jueces milita contra la postulación del ex presidente.
Fuente: Página 12 / La Nación